viernes, 20 de junio de 2008

Editorial


Lagos, ríos o aguas costeras próximas a las orillas son los lugares habituales donde se pueden encontrar patos. Sin embargo, un ánade puede resultar una buena mascota y, con unos cuidados básicos apropiados, pueden proporcionar una grata compañía al ser humano y, sobre todo, a los más pequeños de la casa.
Los patos pertenecen al orden de los anseriformes, que constituyen las aves acuáticas con un pico ancho que posee láminas córneas en los bordes. Tienen los pies palmeados y rico plumaje. A esta orden pertenecen los ánades, los ánsares, cisnes, gansos, ocas y patos. Son originarios de Islandia, Groenladia, América del Norte, Norte de Siberia y Japón. Viven en todos los continentes a excepción de la Antártida y de la mayor parte de las islas del mundo.
Las dimensiones aproximadas de un pato son de 24 centímetros de largo y 15 centímetros de alto. Son animales de temperatura constante y con aparato respiratorio pulmonar muy modificado por su adaptación al vuelo, que les exige una gran ventilación. Estos animales tienen el cuello corto y los pies muy retrasados, que les proporciona el contoneo característico con que andan. A excepción del pato criollo, una especie grande de los trópicos americanos, todos los que pueden ser mascotas derivan del ánade real, domesticado en Eurasia.
Bienvenidos a la Revista CUAK! de Natalia Cubillos Galaz, Valeria Olguín Díaz y Natalia Díaz Conteras.

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